El uso de productos orales en lechones durante los primeros días de vida es una práctica común en la mayoría de explotaciones de cerdas, siendo los coccidiostáticos los que probablemente se utilizan de forma rutinaria con mayor frecuencia. La mayoría se suministran con un dosificador que se acopla directamente al frasco de medicamento.
Para simplificar este proceso, en esta explotación se cuelga el medicamento oral en una botella de un litro boca abajo (estilo gotero) del carro para procesar lechones.
El aplicador se acopla a la botella a través de un tubo bastante largo, lo que facilita el suministro desde cualquier posición alrededor del carro.
Un cordel pasando por debajo de una brida metálica permite sujetar la botella boca abajo, colgando de una barra con un pequeño gancho. Es imprescindible que el tapón al que se acopla el tubo tenga dos orificios para que dentro de la botella no se genere el vacío.